EL DINERO DE DIOS

Para algunos el dinero es la raíz de todo mal, para otros el dinero lo es todo. Todos hemos conocido u oído hablar de alguien cuya vida entera gira alrededor de “la plata”. Sin embargo, el dinero no es intrínsecamente bueno ni malo, es solo una herramienta como puede ser un martillo, podemos construir cosas con el, o aplastarnos un dedo. El dinero, como toda herramienta, puede ser tremendamente constructivo o puede acarrear grandes problemas si no es bien utilizado.

El dinero es la solución que la civilización humana encontró para hacer más efectivo y seguro el intercambio energético. Tal como la electricidad, esta energía fluye a través de nuestras vidas para brindarle dinamismo a la sociedad completa. Si el dinero deja de fluir, tal como el flujo eléctrico, todo se detiene. Siguiendo el mismo ejemplo, si logramos acopiar mucha energía (dinero), sin saber cómo controlarla, puede desembocar en una sobrecarga que destruya a su portador.

Hace cuatro siglos las flotas en el mar tenían los mismos problemas que las caravanas en tierra, eran perseguidas por piratas con el fin de robar su oro, lo que causaba gran perjuicio a los reinos de Europa. El dinero impreso fue la solución una vez más para hacer más seguro el intercambio entre las naciones.

El dinero nació como un recibo, un "vale por", y técnicamente lo sigue siendo hoy. Solo que el mundo financiero actual se ha vuelto mucho más complejo, alejado de la compresión de la persona común. Hoy existen muchos instrumentos financieros que pueden representar riqueza, y terminamos cambiando recibos por otros recibos (P.ej. cheques por billetes), en la certeza de que estos seguirán manteniendo su valor el día de mañana.

Imprimir nuestra propia "plata" es algo que nos ha pasado por la mente a todos en algún momento, sin embargo un banco central no puede hacer locuras con respecto al dinero que imprime, porque podría tener consecuencias nefastas en el mercado. Cada vez que un banco central imprime y pone en circulación cantidades importantes de dinero, ocurren dos consecuencias lógicas: Primera: habrá más dinero circulando (liquidez), permitiendo que los bancos puedan realizar más préstamos, que haya más dinamismo económico, y que las personas puedan comprar más cosas, pudiendo provocar una burbuja de consumo. Segunda: el dinero en circulación diluye su valor, a esto se le llama inflación, causando que las personas deban pagar más cada día para adquirir las mismas cosas. En este caso los bienes no están realmente más caros, sino que el dinero vale menos.

Todo en economía se compara con algo, y el valor de nuestra moneda se compara con el dólar norteamericano. El dólar norteamericano es la moneda de reserva del mundo por un acuerdo tomado por las potencias poco antes del fin de la Segunda Guerra Mundial. Las razones de esta decisión fueron mayormente la estabilidad política, la capacidad industrial, la superioridad militar y las reservas de oro de ese país. De esta forma se definió al dólar como la moneda más fuerte y estable del mundo.

Como podrá notar, de las razones planteadas para la selección del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial, tres fueron relativas: su estructura política, su capacidad de producir bienes, su capacidad de hacer la guerra y solo una, sus reservas de oro, eran físicamente cuantificables.

Estados Unidos sigue siendo en el 2010 una potencia mundial y la mayor economía. Podríamos graficar a Estados Unidos como la locomotora que ha tirado de la economía mundial desde fin de la Segunda Guerra y los demás países como vagones que le siguen, todos unidos entre sí por el dólar.

Muchos creen que el dólar seguirá siendo la moneda dura del mundo, pero hay razones de peso para sospechar que eso podría cambiar. La mayor de ellas es que desde 1971 el dólar norteamericano dejó de estar respaldado por sus reservas de oro, lo que ha ido devaluándolo paulatinamente a lo largo de casi 40 años, y alcanzará eventualmente su valor real, o sea, cero. El dólar sigue siendo una moneda fuerte hoy, sin embargo esto sucede gracias a una triquiñuela del banco central de Estados Unidos, la Reserva Federal, o “Fed”, ya que al ser el dólar la moneda “base” del mundo, no hay nada contra qué compararla, por lo que su valor se da mayormente por la estabilidad de Estados Unidos como nación, lo que sabemos es un concepto relativo. A la vez, la Fed es una institución sin fiscalización, por lo que ha podido actuar en total libertad.

Desde 1971 el dólar no es realmente un recibo por nada. La Fed puede hoy imprimir trillones de dólares y respaldarlos con nada, pero esto es una bomba de tiempo que ya no tiene vuelta atrás, pues debemos sumar a este problema la alicaída capacidad industrial de Estados Unidos, que en las últimas décadas ha seguido la tendencia de expatriar su producción en China y otros países asiáticos de mano de obra barata. Esto conlleva que haya cada vez más empresarios millonarios y menos empleados con sueldos dignos. El dólar está en grandes problemas, que se arrastran por décadas, pero que detonaron definitivamente con la crisis subprime en 2008.

Como indicadores del colapso de la economía norteamericana, docenas de bancos regionales se han ido a la quiebra desde el inicio de la crisis, y cada semana suman más, la Fed, además, dejó de publicar los indicadores que habrían sonado las alarmas en 2006, con el fin de poder imprimir más dinero de la nada. La Fed ha impreso más dólares en los últimos 18 meses que en los previos doscientos años de historia de los Estados Unidos. A ese ritmo hay que esperar inflación, una super inflación que acabará con el valor del dólar y de paso con los ahorros de millones de personas. La inflación también afecta a los países, y una vez que Estados Unidos se vea en una severa recesión probablemente deje de pagar su enorme deuda, lo que rebajará su estatus de buen pagador de "AAA" a "AA" (entraría en una especie de Dicom). Una vez en "el registro", Estados Unidos se quedaría sin prestamistas que financien el estilo de vida Americano, y ya sabemos lo que sucede cuando no hay plata para pagar las cuentas.

Esta es por mucho una de las mayores noticias económicas del siglo, y no está siendo tomada con la debida atención por los medios, aunque quizás haya razones de peso para ello, ya que si se descarrila la gran locomotora norteamericana, podría llevarse a todas las demás economías con ella. Este evento, de producirse, nos golpeará como nos golpeó la gran depresión de 1929. De hecho, se convertiría en la Segunda Depresión Mundial.

Los piratas que asaltaban galeones eran malos pero no tontos, ellos perseguían la verdadera riqueza, la que podían tranzar en cualquier lugar, sin importar gobierno o idioma. Cuando el oro comenzó a resguardarse en las bóvedas de los bancos, los piratas bajaron de sus naves y siguieron su rastro hasta los centros financieros de las grandes ciudades, por lo que el oro podría estar siendo robado en formas más sutiles, de acorde a los tiempos.

El oro es dinero real, puesto en esta Tierra, si se quiere, por Dios. Un billete es un papel cuyo valor dependerá de las decisiones, a veces tremendamente erradas, de los hombres.

La tercera parte de esta serie “Cómo Sobrevivir al Tsunami Financiero” tratará sobre las cosas que puede hacer una persona común para prepararse ante el eventual reventón de una nueva burbuja financiera. Encuéntrela en la próxima edición del Guardián de la Salud.



Este artículo salió publicado en la edición Nº 75 de El Guardián de la Salud (Julio de 2010). Sus comentarios al email luisleighton@yahoo.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

El terrorífico pronóstico 2025 para los países occidentales según Deagel.com

El Legado de Ronald Modra Roberts, Maestro y Amigo

La Llegada del Invierno Económico