Simon Black: Cuando vea que sucede esto, sabrá que es el fin del juego para el dólar - Le doy 2-3 años



Simon Black, Sovereign Man
15 de Julio 2014
Málaga, España

Hace exactamente 70 años, cientos de delegados de 44 naciones trabajaban en la creación de un nuevo sistema financiero en Bretton Woods, New Hampshire, EE.UU.

La II Guerra Mundial acababa de terminar. Europa estaba en ruinas.

Y puesto que los EE.UU. eran a la vez la economía más grande del mundo, el vencedor en la guerra, y la única potencia con su capacidad productiva intacta, era fácil de dictar los términos: el dólar dominaría el nuevo sistema.

Cada nación mantendría dólares como moneda de reserva principal, siendo el dólar canjeable por oro a $ 35/onza.

Además, el comercio mundial se establecería en dólares, y estos acuerdos se realizarían a través del sistema bancario de los EE.UU.

Naturalmente, esto creó una demanda considerable de los gobiernos extranjeros que necesitaban empezar a acumular dólares para comercio y reservas.

Así que a través de una variedad de programas, desde el Plan Marshall al FMI y el Banco Mundial, los EE.UU. comenzaron a inundar el mundo con dólares.

Inicialmente todo salió según lo planeado.

Pero pronto el gobierno de EE.UU. se dio cuenta de algo importante; la demanda por  dólares era tan fuerte que podía aprovecharse imprimiendo dólares más allá de su equivalente en reservas de oro.

Esto les permitió ejecutar todo tipo de déficits e iniciativas de gasto; guerras, más beneficios sociales, más desperdicio... todo ello con una mínima responsabilidad.

Inicialmente, las consecuencias fueron insignificantes.

Claro, el precio del oro en Londres era un par de dólares más altos que en los EE.UU. (a esto lo llamaron la "ventana de oro").

Pero la demanda para el dólar seguía siendo fuerte. Así que ¿para qué preocuparse?

Hacia 1971, la situación se había vuelto mucho peor. Otra década de guerra, el gasto excesivo, el déficit comercial, y la impresión de dinero había empujado a muchas naciones extranjeras a sus puntos de ruptura.

Las reservas en dólares de las naciones extranjeras superaron las tenencias de oro del gobierno de EE.UU. Y con la confianza menguante, muchos comenzaron a canjear sus dólares por oro.

Sólo unos días más tarde, Richard Nixon puso fin a esto y terminó unilateralmente la convertibilidad del dólar EE.UU. con el oro.

Piense sobre la magnitud de esta decisión: Nixon incumplió las obligaciones de los Estados Unidos con el resto del mundo - traicionó de su confianza.

Pero a pesar de este impacto masivo que reformuló el sistema financiero mundial, el dólar de alguna manera se las arregló para seguir siendo la moneda de reserva del mundo.

Se podría pensar que EE.UU. agradeció a su buena estrella dejando que el resto del mundo les diese una segunda oportunidad. Pero no.

Durante los últimos 43 años, EE.UU. ha continuado imprimiendo, devaluando y administrando mal el dólar.

En el camino, han creado burbujas épicas y shocks financieros.

Han sostenido los mayores niveles de déficit y de deuda que se hayan visto en la historia del mundo.

Han discutido internamente al punto de cerrar el gobierno.

Han pasado reglamentos arrogantes y dolorosos y ordenando al resto del mundo a que cumplan bajo amenazas equivalentes a homicidio financiero.

Han desatado sus autoridades de impuestos y valores para aterrorizar a cualquiera que haga negocios con los EE.UU..

Han ignorado totalmente las solicitudes extranjeras para reestructurar el FMI y el Banco Mundial.

Han castigado a bancos extranjeros con multas récord simplemente por hacer negocios con los países que a los EE.UU. no le gustan.

Han libraron guerras sin sentido. Han espiado a sus aliados. Se han entrometido en los asuntos de otras naciones.

Y no han demostrado ninguna voluntad o capacidad para mejorar.

En pocas palabras, las demás naciones están hartas, de verdad. Y no son sólo palabras.

Considere que en cuestión de algunos meses, EE.UU. será superada por China como la mayor economía del mundo.

Sin mencionar que el PIB combinado de China, India, Rusia y Brasil es más o menos el mismo que los EE.UU. y la UE combinados.

Tal como EE.UU. fue el jugador más grande en 1944, China es el mayor jugador de la actualidad. Por lo tanto, parece claro que el renminbi se convertirá en un componente crítico de un nuevo sistema financiero.

El renminbi ya ha experimentado un rápido crecimiento como alternativa del dólar para el comercio; en mayo, las transacciones internacionales aumentaron 52% con respecto al año anterior.

Se están creando bancos de transacción en renminbi desde Londres a Canadá, y los bancos centrales de Francia y Luxemburgo han firmado acuerdos para pago en renminbi.

Ya ha habido numerosas empresas occidentales (como McDonalds) que han emitido bonos denominados en renminbi.

Inclusive el gobierno provincial de British Columbia emitió un bono renminbi a principios de este año. Tuvo la friolera de cinco veces la oferta.

Yo esperaría que en los próximos 2-3 años vamos a empezar a ver a la liquidación de operaciones en renminbi, aun cuando ninguna de las partes se encuentre en China.

Hoy, por ejemplo, una transacción entre un comerciante paraguayo y una empresa en Angola probablemente se establecerse en dólares.

En poco tiempo, creo que vamos a empezar a ver esa transacción hecha en renminbi. Y una vez que esto suceda, sabrá que es el fin del juego para el dólar.

Poco después, los gobiernos de los países occidentales emitirán bonos en renminbi (quizás Grecia o Portugal serán los primeros). Y con el tiempo, incluso el propio gobierno de los EE.UU.

Hoy, 70 años después de Bretton Woods, los líderes de China, Rusia, India, Brasil, Sudáfrica y otras naciones están trabajando duro en Fortaleza, Brasil, en la creación de un nuevo banco de desarrollo que competirá contra el Banco Mundial controlado por Estados Unidos.

Este es un paso importante en una tendencia evidente hacia un nuevo sistema financiero. Cada fragmento de datos objetivos está gritando lo evidente.

Es un mundo diferente. Todos se dan cuenta a excepción del gobierno de EE.UU., que todavía está viviendo en el pasado donde son los # 1 y los dueños del balón.

Las consecuencias de perder este bote son enormes, y será un despertar desagradable para quien no está prestando atención.

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