¡Alerta de Gol!

No siendo un fan del fútbol, me llama la atención la dedicación que los fanáticos de este deporte le prestan al desempeño de sus equipos favoritos. Sin duda hay una gran pasión que guía a los hinchas para presenciar cada partido y gritar cada gol.

La tecnología ha estado a la altura de la pasión de los hinchas y ha provisto servicios de streaming de alta definición para el móvil, para ver los partidos a la hora que sea, con un servicio adicional que llama mi atención; la "Alerta de Gol", que es un mensaje que llega cada vez que ocurre un gol durante un partido de interés para el usuario, para que pueda reaccionar rápidamente en caso de no estar conectado a la trasmisión del partido. Lo malo de la alarma es que cuando esta llega, el gol ya fue convertido, quitándole un poco de chispa al ver la repetición del alegre o triste acontecimiento (dependiendo de quién es el gol).

Estuve pensando cuan valioso sería tener un servicio como la "alerta de gol" para otros temas importantes en la vida. Sin embargo, más allá de tener un calendario con fechas importantes, las cosas trascendentes de la vida tienen un alto componente aleatorio, ocurriendo generalmente cuando no se las espera o de formas no claramente definidas. Además, siempre habrá alguien dispuesto para contarnos la última novedad.

En la economía, así como en el fútbol

La economía mundial está en problemas, eso usted ya lo sabía. Durante el mes de marzo de 2023 habrán llegado a sus oídos los problemas de varios bancos importantes como la quiebra del Silicon Valley Bank, en Estados Unidos o el rescate del banco Credit Suisse, de Suiza. 

Si bien es posible que las quiebras en Estados Unidos y los rescates bancarios en Europa no le afecten directamente, habrá notado la contracción económica y la inflación de precios del último año. La suma de estos eventos son complejos de evaluar y menos de pronosticar, sin embargo, le explicaré por qué deberíamos recibir una "alerta de gol" en el ámbito económico dentro de un tiempo.

Un gol en el minuto 90

Los fans del fútbol saben a qué me refiero; Parte de la pasión de presenciar un partido en el estadio o en vivo por televisión es la posibilidad de ver un gol de último minuto (idealmente de su equipo, claro). Todo el partido es pasión y tensión, hasta que el pitazo final sella el resultado. Después de esto solo queda celebrar o llorar. Esto es parte de la pasión del fútbol.

En las finanzas también se da ese fenómeno. Cada día los inversionistas siguen en sus pantallas los gráficos de sus inversiones como suben o bajan, hasta que el cierre del mercado sella sus ganancias o pérdidas diarias. La suma de esas transacciones determinan en gran medida el valor diario de bienes tan estratégicos como el petróleo, el gas natural, el cobre o el trigo. Estos bienes (además de todos los demás commodities transables en bolsa) afectan la economía en general y marcan el pulso de la sociedad. El aumento excesivo del precio de bienes y servicios afectan negativamente a la sociedad entera, por lo que contener la inflación es el mandato principal de los bancos centrales.

El banco central más influyente del mundo es la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), por ser el emisor de la moneda de reserva del mundo, el dólar. Todos los países necesitan acopiar dólares para tranzar internacionalmente. Tal como comenté en otro artículo (1), el dólar está en riesgo de perder su estatus especial como moneda de reserva, lo que significaría más turbulencias económicas.

Y es que la Fed ha hecho lo posible para que el dólar siga marcando el paso de la economía mundial, pero, a mi entender, algo les ha salido mal. Me explico:

Después de la crisis Subprime de 2008, marcada por la caída de grandes bancos de inversión como Lehman Brothers, la Fed se vio enfrentada a una posible recesión y quiebra del sistema financiero mundial, iniciando por Estados Unidos, por lo que esta se avocó a empapelar la economía con dinero. 

La Fed imprimió más de tres trillones de dólares (un trillón es un millón de millones) y bajó las tasas de interés a casi cero por cerca de 10 años, algo inédito en la historia. Todos los bancos centrales del mundo le siguieron el amén implementando las mismas medidas con sus respectivas monedas.

Después vino la pandemia y nuevamente se aplicaron las mismas medidas, pero a mayor escala.

Esa era la fórmula: 

  1. Imprimir dinero en cantidades cuánticas para darle liquidez al mercado y permitir que la economía se restableciera. 
  2. Reducir las tasa de interés a casi cero para fomentar la emisión de más créditos bancarios.

El resultado esperable de esto era mayor velocidad del dinero, además de... inflación.

En febrero de 2022 aconteció la invasión rusa a Ucrania. Ese evento asustó al mercado al reducirse el acceso a un porcentaje importante del petróleo, gas natural, fertilizantes y cereales que exportaban esos dos países. La inflación aumentó.

La Fed esta vez reaccionó comenzando una agresiva subida de tasas de interés (2), dejando de imprimir dinero.

Esto implica una nueva fórmula:

  1. Dejar de imprimir dinero para que no haya tanta liquidez en el mercado.
  2. Aumentar las tasas de interés para que se reduzca la cantidad de créditos otorgados.

El resultado esperable era reducir la velocidad del dinero y fomentar el ahorro, lo que debería traducirse en un frenazo de la economía y una reducción de la inflación de precios.

Pero la realidad nos informa que junto con la subida de las tasas de interés bajan los rendimientos de los bonos (que es deuda emitida por la Fed), de los cuales los bancos como el Silicon Valley Bank tenían muchos, llevando a este a la insolvencia y la quiebra.

Afortunadamente la Fed se comprometió a cubrir los capitales totales de los depósitos, así que quienes tenían sus cuentas en el Silicon Valley Bank (mayormente empresas y emprendimientos de tecnología) no perdieron su dinero. 

Desafortunadamente ese rescate se hizo con dinero recién impreso, lo que causa inflación. Exactamente lo mismo que la Fed estaba combatiendo en primer lugar al subir las tasas.

Un jugador con dos pies izquierdos

La Fed está operando con piezas equivocas esta vez. Para seguir con el ejemplo del fútbol, si bien en un equipo se requiere de portero, defensas, centrales y atacantes, una combinación distinta puede romper los esquemas de juego y convertirse en un fiasco.

Hoy la Fed está logrando cinco cosas no deseables:

  1. Ralentización de la velocidad del dinero, con una economía que no crece.
  2. Rescates de entidades bancarias con dinero recién impreso, lo que empuja la inflación al alza.
  3. Mayor deuda, pues las alzas de tasas también afecta al interés de la gigantesca deuda norteamericana y mundial.
  4. Contagio, porque ahora las economías con problemas no son Italia o Grecia, sino Alemania y Suiza, los países supuestamente más solventes de Europa.
  5. Mayor riesgo, pues hay otros 50 bancos norteamericanos en la misma situación que estaba el Silicon Valley Bank antes de quebrar.

Si le sumamos a la situación económica mundial el factor geopolítico, con las amenazas de los países BRICS; Rusia, China, Brasil, India y Sudáfrica a la hegemonía del dólar norteamericano, tenemos un caldo primigenio que puede engendrar grandes problemas.

Y es que el Departamento de Estado de los los Estados Unidos no le ha hecho gran favor al dólar tampoco. Una vez que se decidió sancionar a Rusia por la invasión a Ucrania, aparte de congelar todos los activos financieros de Rusia, se excluyó al país del sistema SWIFT, que permite el flujo de dólares al momento de hacer transacciones internacionales.

Mi instinto me dice que esta vez la Fed se equivocó con una subida de tasas tan rápida y va a tener que cambiar de rumbo. A la vez pienso que el gobierno norteamericano fue muy lejos al momento de convertir al dólar en un arma geopolítica (bueno, cuándo no lo ha sido).

Ya el daño está hecho. Vamos a tener una alarma de gol, pero este será en el propio arco. Ya las piezas pequeñas que caen están empujando a otras más grandes, en Estados Unidos y al otro lado del océano. 

Este autogol infringido mayormente por el pie equivocado de la Fed puede generar un pánico tal que produzca una estampida fuera del dólar (que lentamente ya está sucediendo). Ante esto la Fed hará lo que mejor sabe hacer; imprimir dólares en modo rápido y furioso, empujando la inflación a niveles más allá de la nubes.

Inflando la pelota

Así como en el fútbol nadie juega sin la pelota, entre países nadie comercia sin el dólar norteamericano. La base de dólares impresos es de 5,3 trillones (3) y sigue en aumento. La base de activos denominados en dólares y derivados financieros supera el cuatrillón de dólares (un 1 seguido por 15 ceros). 

La posibilidad de una hiperinflación denominada en dólares es aterradora, pero no imposible. Tanto en la Alemania de Weimar en los años 1920 (4), como en Zimbabwe en los 1990 (5), ocurrieron situaciones de hiperinflación por excesiva impresión de dinero. En ambos casos las consecuencias fueron desastrosas para las personas.

Las recientes acciones de la Fed al rescatar bancos en problemas nos indica que la impresión de dólares es el arma principal la Fed y por consiguiente de todos los bancos centrales del mundo. Si llegase a ocurrir un punto de inflexión, ya sea un detonante económico o un cisne negro geopolítico, la resultante más probable es que primero la economía se paralice y después, como respuesta, nos inundemos de dinero impreso y digital, lo que llevará a precios mucho más altos en toda la canasta de productos del mercado. 

Si puede ver el escenario que viene, entonces prepárese. Si no puede ver como lentamente hasta ahora, pero cada vez más rápido cambia nuestro mundo, entonces no faltará un buen partido de fútbol en el cual pueda centrar toda su atención. 

Bendiciones,


Luis Leighton


1) https://saludfinancierachile.blogspot.com/2022/12/el-extrano-caso-del-otono-economico.html

2) https://fred.stlouisfed.org/series/FEDFUNDS#

3) https://fred.stlouisfed.org/series/BOGMBASE

4) https://es.wikipedia.org/wiki/Hiperinflaci%C3%B3n_en_la_Rep%C3%BAblica_de_Weimar

5) https://saludfinancierachile.blogspot.com/2010/11/preparese-para-combatir-para-la.html


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