El Petróleo, el Clima y Fin de la Comida Barata

En el Siglo 21, y por primera vez en la historia, el mundo presenciará el fenómeno del adelgazamiento de la frontera entre capacidad de producción de alimentos y la necesidad de consumo. Lo que cuesta comprender es cuan relacionados están el petróleo y el clima con la capacidad de producción de los alimentos y de su precio.

Se calcula que la demanda mundial de alimentos de duplicará en 50 años. En los años 1930 solo el 20% de las habitantes del mundo vivía en ciudades, hoy es más del 50%. Las ciudades no producen alimentos, dependen de una intrincada red logística para proveerlas de todo. Si Ud. vive en una ciudad, probablemente lo que almorzó ayer no habría estado allí sin la participación del petróleo. Para producir una caloría de alimentos se requieren diez calorías provenientes de hidrocarburos como el petróleo y gas natural. La producción de alimentos es especialmente dependiente del uso de maquinarias agrícolas, del transporte, de empaques plásticos, de cadenas de frio, de fertilizantes, herbicidas e insecticidas. Todos los cuales dependen o provienen directamente de los hidrocarburos.

Nuestra civilización se enfrentará en un futuro no muy lejano con el momento en que la producción de hidrocarburos será inferior a la demanda. No es que el petróleo se vaya a acabar, solo que no va a poder extraerse tan rápido como es consumido, generando escasez y alzas de precios inmanejables. Desde ese momento en adelante la presión por dominar las fuentes de energía del mundo será nada menos que brutal.

El mundo ya ha tomado algunas medidas para compensar este fenómeno. A finales de 2007 los EEUU introdujeron una ley que obliga a su industria a reconvertir un 15% de sus procesos de uso de petróleo a biocombustibles, como el etanol vegetal. Las grandes subidas de precio de los alimentos en 2008 tendrían su causa en parte en esa nueva ley y las de otros países que la emularon, ya que grandes cantidades de cultivos cambiaron de uso, de alimentos a biocombustibles, presionando más a los alimentos al alza.

Clima y Huella de Carbono

Este año 2010 ha sido fatal para la producción de alimentos a nivel mundial debido a desastres climáticos. En Rusia, el mayor exportador de cereales del mundo, una sequía prolongada destruyó gran parte de la producción de granos, por lo que ese país debió suspender sus exportaciones hasta el 2011. Esto afectó los mercados mundiales de los alimentos como el trigo, arroz y maíz.

El clima está cambiando y las autoridades políticas y científicas del mundo han decidido tomar varias acciones para mitigar estos cambios. Una medida que afecta directamente el precio de los alimentos es la llamada Huella de Carbono, que es un intento por reducir las emisiones de gases invernadero, comenzado a tranzar bonos de carbono como compensación a las emisiones industriales. Esto es que si una empresa produce muchos gases invernadero (como la agroindustrial), esta puede comprar bonos de otras empresas que producen menos, compensando económicamente su contaminación. Este es un impuesto invisible que impulsará cada vez más los precios al alza.

Finanzas

La disponibilidad de Commodities (como petróleo y alimentos) afecta fuertemente los mercados mundiales. La crisis financiera de 2008 tuvo múltiples efectos negativos para la economía mundial y seguramente tendrá muchos efectos funestos en el futuro (v. El Guardián de la Salud Nos. 74, 75 y 76). Esta crisis generó una serie de acciones de parte de la Reserva Federal de EEUU, que ha impreso más dólares en los últimos dos años que en los anteriores 200 años de existencia de ese país. Este hecho tendrá una sola consecuencia lógica; una superinflación que enviará los precios de los Commodities a las nubes y que barrerá con los más pobres, afectando gravemente además a la clase media de todo el mundo.

Durante la Gran depresión de los años 30 muchas personas pasaron hambre. Un científico ruso calcula que en EEUU se redujo la tasa de crecimiento poblacional en cerca de 10 millones de personas hacia el final de la Depresión. ¿Qué pasó con esas personas?

Sugerencias

Primero que nada debemos estar vigilantes y comprender las raíces del problema. Una sugerencia es fomentar al pequeño agricultor orgánico (y que no recorra grandes distancias para proveernos), además de aumentar la variedad en la alimentación que consumimos, para así fomentar, a su vez, la variedad en los cultivos y crianzas. La variedad es lo que nos enriquece como raza humana y lo que enriquece a la Tierra que nos alimenta a todos y alimentará a las futuras generaciones.

Este artículo salió publicado en la edición Nº 80 de El Guardián de la Salud (Diciembre de 2010). Sus comentarios al email luisleighton@yahoo.com

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